TODO SOBRE EL DANCE ESPAÑOL
Un repaso de la historia de este tipo de música y su evolución en nuestro país.
Han pasado 21 años desde que DJ´S como Chimo Bayo, con éxitos del estilo Así me gusta a mi, o después Paco Pil dieran el primer paso para convertir en mainstream el dance español. Fue a principios de los 90. Tal y como explica Edu Naranjo, DJ de 40 Principales y Hot Mix: “Eran los MCS (maestros de ceremonia) españoles. Hacían música con poca letra, de rimas fáciles y base contundente”.
En aquella época, empezaban a sonar nombre como el de una joven catalana: Rebeca. En 1996, con su álbum homónimo logró vender más de 500.000 copias. Cantaba aquello de Más que un engaño, pero el tema con el que rompió las listas de éxitos fue Duro de pelar, número uno de 40.
“Era como la Whitfield española. Hacía temas en tono happy,
muy para chicas, que incluían una coreografía fácil de bailar en una
discoteca”, explica Naranjo. Sus productores fueron los hermanos Ten de
Sabadell, artífices años después de los covers de Operación Triunfo que sonaban en las galas y de algunos discos de los ganadores.
Después, a partir del 98 hubo un punto de inflexión en el ámbito del
dance. La figura del DJ toma más protagonismo que la del artista.
”Ellos hacían sus sesiones y producían sus temas, pero no los
cantaban”, aclara Edu. Por ejemplo, en Madrid destacó Nano; en Cataluña DJ Neil y David Gausa (en la escena más house) . También aparece otra corriente más culta como Óscar Mulero o Cristian Varela, (DJ de hard tecno) que crean tendencia dentro y fuera de nuestras fronteras.
Visto este protagonismo que adquieren los DJ´S, en el 2002 nace Máxima
FM. Aparecen dos vertientes: “La que protagoniza el DJ y de la de los
artistas que cantan bases bailables. El dance se democratiza y llega a
todo el mundo”, señala nuestro compañero de 40. Algunos ejemplos de dance pachanguero/ popular de la época es Marta Sánchez -que lanza Soy yo-; Sonia y Selena o Mónica Naranjo…Sobreviviré, del álbum Minage, pegó fuerte en el 2000. No se nos puede olvidar sin duda Alaska
con sus mil y un grupos, que siempre ha tendido a utilizar, de la mano
de Nacho Canut, bases electrónicas para sus canciones, sobre todo en Fangoria.
Tras una crisis de ideas, España no tarda en hacerse eco de las tendencias internacionales. Aterriza en nuestro país Confessions on a Dance Floor, el décimo álbum de estudio de la cantante estadounidense Madonna (noviembre de 2005). Su segundo sencillo, Sorry,
que alcanzó gran éxito comercial, llegando al número uno en las listas
de popularidad de Italia, Reino Unido y España, donde se convirtió en el
12° sencillo número uno de la cantante. Se puede decir que Madonna fue la primera gran estrella del pop que sacando un disco totalmente dance, llegó a ser la más vendida y radiada del planeta.
Hoy vemos que todos los grandes del pop actual, de Lady Gaga a Rihanna, pasando por Beyoncé, Katy Perry
o incluso muchos de los grupos del indie para masas, utilizan bases
electrónicas que recuerdan bastante a las de los primeros intentos de
comercializar el dance. Pero si hay alguien que ha elevado el dance
blandito y la electrónica a la máxima expresión de lo comercial, por
ventas, repercusión, conciertos, descargas legales e ilegales, ese es David Guetta.
En estos últimos años, decenas de singles han llegado a los números 1
de tops, charts, y sobre todo, de la Lista 40, donde ahora mismo se
radian muchos de sus éxitos mundiales.
En paralelo, el dance en castellano, o en inglés cantada por españoles,
vuelve a ponerse de moda hace unos años. Aparecen artistas que sacan la
cabeza a través de la televisión como Roser, Edurne o Soraya Arnelas…
Aquí se empieza a poner de moda nombres como los de Kayle; vuelven artistas de siempre usan el dance como Camilo Sesto o Paloma San Basilio para reinventarse y en el plano más latino Juan Magán arrasa con Bailando por ahí.
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